Resumen del seminarioĀ Alimentos e inflamación II Ā Autores: Alvaro Daschner & Manuela-BelĆ©n Silveira RodrĆguez Este seminario ha tenido como objetivo los posibles efectos pro-o anti-inflamatorios de los distintos alimentos, analizar cómo los cambios en las costumbres dietĆ©ticas han modificado el perfil inflamatorio de las dietas y cómo se podrĆa modificar a travĆ©s de la alimentación la inflamación crónica sistĆ©mica de bajo grado. BelĆ©n Silveira, de la Sección de EndocrinologĆa del Hospital Universitario Infanta Leonor, realizó una revisión de la influencia de los Ć”cidos grasos sobre los mediadores inflamatorios, en sus fases tanto de iniciación como de resolución de la misma. Se mostró la repercusión a nivel genĆ©tico y sobre el perfil inflamatorio de los diferentes patrones Ā dietĆ©ticos a lo largo de la evolución humana. En especial fue debatida la incorporación en la dieta occidental de Ć”cidos grasos tipo trans de origen industrial y la alteración de la relación entre Ć”cidos grasos poliinsaturados de la serie omega 6 y omega 3. Se expuso asimismo la interacción de los Ć”cidos grasos con la microbiota y su repercusión metabólica e inflamatoria a travĆ©s de Ā los Ć”cidos grasos saturados de cadena corta.Ā Alfonso Arranz MartĆn, del Servicio de EndocrinologĆa del Hospital Universitario de La Princesa tuvo como objetivo explicarnos los posibles efectos de los carbohidratos (CH) sobre la inflamación, comenzando con la evidencia existente sobre la Ā relación existente entre la velocidad de absorción de los CH y la secreción de Insulina, asĆ como de los efectos de la Insulina sobre los tejidos y la hipótesis de la interrelación entre inflamación crónica de bajo grado y la insulinoresistencia como factor de riesgo cardiovascular y metabólico. Explicó el concepto de Ćndice glucĆ©mico y su debatida relevancia clĆnica. Alvaro Daschner del Servicio de Alergia del Hospital Universitario de la Princesa se encargó de hablar sobre otros alimentos y su posible perfil antiinflamatorio, en especial frutas y vegetales, pero tambiĆ©n el pescado aportando algunos estudios que demuestran los efectos antiinflamatorios de los distintos compuestos presentes en los mismos. Explicó el concepto de inflamación sistĆ©mica de bajo grado como factor de riesgo no solo para la enfermedad cardiovascular, sino tambiĆ©n otras enfermedades de la civilización como el complejo del sĆndrome metabólico, las enfermedades autoinmunes y alĆ©rgicas, asĆ como enfermedades neuro-psiquiĆ”tricas. Abordó el anĆ”lisis evolutivo mostrando la literatura existente sobre aquellos factores antropogĆ©nicos que se asocian a una inflamación de bajo grado, y que incluyen tambiĆ©n los factores dietĆ©ticos. Ha podido demostrar que las diferentes dietas propuestas y cambiantes a lo largo de las Ćŗltimas dĆ©cadas y con objeto de prevenir principalmente la enfermedad cardiovasculares tienen denominadores comunes y que la dieta mediterrĆ”nea puede considerarse un buen ejemplo de alimentación evolucionada con claros componentes anti-inflamatorios. En el debate se mencionó la dieta paleolĆtica. Se explicó que el postulado de una dieta āpaleolĆticaā no deberĆa indicar quĆ© comer, ya que no podemos con certeza saber la alimentación de nuestros ancestros y probablemente haya sido muy variada segĆŗn clima, geografĆa, etc. Sin embargo quedó clara la posibilidad de inadecuada adaptación a muchos de los alimentos que hoy consumimos, como los altamente procesados o refinados, y la preocupante pĆ©rdida en nuestro entorno de patrones alimentarios tradicionales Ā con demostrada evidencia clĆnica de sus beneficios para la salud (dieta mediterrĆ”nea). |