Progreso (y fracaso) en el mƩtodo cientƭfico
El mĆ©todo cientĆ­fico, a partir de la revoluciĆ³n cientĆ­fica del siglo XVII, se ha construido sobre el procedimiento experimental del ensayo y error. A pesar de ello, el discurso que la ha acompaƱado no ha sido el de la prudencia o una cierta ā€œmodestia" epistemolĆ³gica, sino mĆ”s bien el de la celebraciĆ³n del descubrimiento exitoso, asĆ­ como la confianza positivista en un progreso incesante e ilimitado del conocimiento. Por todo ello, no se ha puesto suficientemente en valor el papel de los fracasos individuales y colectivos a la hora de permitir que el avance cientĆ­fico. El famoso experimento de Michelson y Morley es uno de los mĆ”s notables para ahondar en esta perspectiva de fracasos que permiten el progreso de la ciencia: aunque pretendĆ­a demostrar algunas propiedades del Ć©ter (un medio para la propagaciĆ³n de las ondas postulado por la fĆ­sica de finales del Siglo XIX), su fracaso sirviĆ³ para demostrar la inexistencia de este ā€œfluidoā€ y abriĆ³ la puerta para el desarrollo de la teorĆ­a de la relatividad de Einstein.Ā 

El filĆ³sofo Karl Popper comprendiĆ³ que el correcto procedimiento cientĆ­fico pasa siempre por lael falsaciĆ³n de las teorĆ­as vigentes. El trĆ”nsito desde el verificacionismo hacia el falsacionismo es fundamental para poner en valor los errores constructivos y su importancia para la ciencia. Asimismo, otras visiones como la de Thomas Kuhn han comprendido las revoluciones cientĆ­ficas como procesos cuyo carĆ”cter destructivo del paradigma anterior es mucho mĆ”s importante que la construcciĆ³n que suponen.Ā 

Comprender la historia de la ciencia (y sus proyecciones en el futuro) a travĆ©s de las categorĆ­as del error, el fracaso y la destrucciĆ³n puede ser muy Ćŗtil para entender mĆ”s profundamente el mĆ©todo cientĆ­fico en estos tiempos de optimismo epistemolĆ³gico vacuo y superficial..

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