Ā Ā Ā Ā Cada hospedador tiene actual o potencialmente una colección de parĆ”sitos, en donde cada uno de ellos ocupa un hĆ”bitat determinado en o sobre el cuerpo del hospedador, conociĆ©ndose como parasitocenosis al conjunto de especies parasitarias que pueden completar su ciclo biológico en una determinada especie hospedadora. Por tanto, la parasitocenosis es el resultado del origen de la especie, los cambios ambientales y Ć”reas de distribución geogrĆ”fica de la misma, asĆ como, los cambios de comportamiento, con influencia tanto de naturaleza intraespecĆfica como interespecĆfica. Los componentes de una parasitocenosis se pueden dividir en dos tipos: patrimoniales, aquellos que ya parasitaban a los ancestros de la especie y gananciales, adquiridos cuando ya se ha producido la especiación del hospedador, como consecuencia de los cambios en el comportamiento, cambios ambientales o por colonización de nuevas Ć”reas geogrĆ”ficas. Ā Ā Ā Ā La patologĆa provocada por los parĆ”sitos depende tanto de factores intrĆnsecos o dependientes directamente del parĆ”sito, como de factores extrĆnsecos o dependientes del hospedador. Los parĆ”sitos afectan a la vida del hospedador, alterando su normalidad en distintos grados. Compiten con el hospedador por sus nutrientes, expolian materiales diversos del hospedador, destruyen sus tejidos o producen transformaciones en ellos como hiperplasia, hipertrofia, metaplasia o neoplasia, pudiendo producir tambiĆ©n efectos quĆmicos y tóxicos. Ā Ā Ā Ā Todos los hospedadores poseen una resistencia natural inespecĆfica que se opone a la penetración o supervivenciaĀ de los parĆ”sitos, que puede estar localizada a dos niveles, externo e interno. A nivel externo, la primera barrera que se opone a la penetración es la constituida por la piel y lasĀ mucosas, que unen a la resistencia mecĆ”nica propia del tejido otros factores de tipo fĆsico-quĆmico, enzimĆ”tico, quĆmico, etc. A nivel interno, los parĆ”sitos se encuentran con una serie de factores hostiles como los mecanismos de la inmunidad, la temperatura, la edad, el estado nutricional e incluso la susceptibilidad de la especie y de la raza. Las infecciones parasitarias estimulan de manera particular numerosos mecanismos de defensa, mediados tanto por anticuerpos como por cĆ©lulas, en donde la eficacia de la respuesta inmunológica depende del parĆ”sito en particular asĆ como del estadio de la infección. Antes de que un parĆ”sito obtenga el Ć©xito para establecerse dentro de un nuevo hospedador y antes de que la inmunidad especĆfica se haya iniciado o ejecutado, el parĆ”sito debe atravesar los mecanismos de defensa preexistentes en el hospedador. Los anticuerpos y citoquinas producidos especĆficamente en respuesta a los antĆgenos parasitarios aumentan las actividades antiparasitarias de todas las cĆ©lulas efectoras. Ā Ā Ā Ā Los parĆ”sitos, a lo largo de la evolución, han desarrollado una serie de mecanismos que les permiten evadir al sistema inmunitario de los hospedadores. Dentro de estos mecanismos se encuentran las tĆ”cticas de evitación que les permiten resistir a la destrucción por el complemento, al ataque inmunológico o a la destrucción intracelular. Otros han desarrollado tĆ”cticas de enmascaramiento donde destacan el mimetismo y la variación antigĆ©nica. Menos sutiles son las tĆ”cticas de ocultamiento generando quistes o nódulos, colonizando el tubo digestivo, invadiendo lugares de privilegio inmunitario u ocultĆ”ndose con rapidez en el interior de cĆ©lulas hospedadoras. En el otro extremo de la perfección estĆ”n los que consiguen dirigir el sistema inmunológico mediante tĆ”cticas de inmunomodulación que abarcan desde la inmunosupresión a la capacidad de producción de homólogos de citoquinas, asĆ como de enormes cantidades de antĆgenos solubles y/o mitógenos, hasta la afectación del balance de citoquinas o de los mecanismos de presentación antigĆ©nica e incluso inhibiendo o activando la apoptosis en su propio beneficio. Ā Ā Ā Ā Parece ser que la respuesta inmune no existe solamente para suministrar protección al hospedador, sino que algunos parĆ”sitos han encontrado en la respuesta del sistema inmunológico otro recurso del hospedador digno de explotarse. Para considerar un caso como ejemplo de explotación inmune, la adaptación del parĆ”sito debe estar dirigida especĆficamente sobre algĆŗn aspecto de la respuesta inmune del hospedador, de tal modo que se mejore la vida del parĆ”sito, se facilite su reproducción o se haga posible su propagación a nuevos hospedadores. En otras palabras, debe haber una interacción obligada entre parĆ”sito y hospedador, mediada por la antigenicidad del parĆ”sito y el sistema de reconocimiento inmune del hospedador, excluyĆ©ndose los ejemplos de modulación del sistema inmune por parte de los parĆ”sitos, aunque existan algunos fenómenos mixtos. |
Jornada 2009ā > ā